lunes, abril 11

Los noticieros nacionales ... ¡Ufff!

La semana pasada estuvo marcada por inicios y finales: matrimonios y decesos. No hay persona en Chile (creo) que no se haya enterado de la muerte del Papa, incluso en el momento exacto en que sucedió, gracias a la globalización de los medios. Este hecho quedará marcado en la historia y con justa razón: incluso los laicos, agnósticos y ateos no podemos dejar de reconocer a este hombre, si no bajo el título de Su Santidad, por lo menos como un gran personaje histórico y monarca de millones de personas independientemente de límites geográficos.


Ahora, sin bajar el perfil a este suceso, debo decir que cada día me asombro más de la calidad de nuestra televisón y, en especial, de nuestros noticieros.


Como ya dije, comprendo la importancia de este hecho, pero de verdad considero que nuestros noticieros han caído en el error de la sobreexposición de temas que, seamos francos, no tienen mayor relevancia (si es que tienen alguna) en el acontecer nacional (para usar un lugar común). Es cierto que no podemos aislarnos del mundo y que corresponde a toda persona culta estar al tanto de lo que ocurre más allá de nuestras fronteras, pero me resulta inconcebible que, durante una semana, cierto canal nacional dedicara diariamente cerca de 20 minutos a la cobertura del velorio y sepelio de este insigne señor a miles de kilómetros de distancia. En Chile y Sudamérica están sucediendo cosas importantes que el público tiene derecho a saber y que la prensa tiene la obligación de informar, no al estilo Flash Gordon o Speedy González, sino en profundidad.


El canal del angelito batió el récord al dedicar una noche 28 minutos a Juan Pablo II, mostrar noticias nacionales durante unos breves minutos (no olvidemos los cortes comerciales), muchas de ellas relacionadas con fútbol, y, en la misma edición, cerrar el noticiero con 11 minutos de imágenes de los polacos llorando a su Papa. Puedo entender y hasta justificar este proceder de parte de este canal, pero por lo menos deberían centrarse más en el dolor que vivió nuestro país, que a fin de cuentas es lo que nos interesa.


Para empeorar las cosas -y esto me saca de quicio- en medio de este bombardeo de imágenes papales asomó también, por bastante rato, el matrimonio del Príncipe Carlos. Una cosa es bombardearnos con la muerte de un hombre mundialmente reconocido; otra muy diferente es la farándula, hobbie tan difundido en nuestro querido país. Pero, de verdad, ¿tanto nos afecta que el Príncipe Carlos finalmente se case con su Camilla? ¿Es realmente necesario cubrir la noticia durante más de tres minutos, que a mi parecer ya es demasiado tiempo?


Por último, por último, si quieren farandulear que se preocupen de lo nacional. En la última semana también falleció la madre de nuestro Presidente, y se casó el Chino Ríos, ambas cosas que apenas recibieron cobertura. No es que esté diciendo que merezcan más exposición de la recibida, siempre he considerado que los decesos y los matrimonios son tema privado que no incumben a nadie más que a los directamente involucrados. Pero por último.


En nuestro país están ocurriendo muchas cosas: tenemos a Insulza postulando a la Secretaría General de la OEA, tenemos una crisis del gas y el petróleo que se busca manejar de alguna forma (entre ellas el famoso bono del cual se sabe muy poco -y no, no es suficiente saber quiénes lo van a recibir. Quiero saber cómo, cuándo y quién tomó esa decisión. Cuáles fueron los criterios que se utilizaron, si hubo oposición...), tenemos dos pre-candidatas presidenciales que se disputarán este honor el 31 de julio en primarias abiertas... ¿dónde dice cuáles son las fechas y lugares de inscripción en los registros electorales?


Si miramos las cosas a nivel macro, ya estoy medio aburrida de que la mayoría de las noticias vengan de gringolandia y países que tienen relación con esta tierra. ¿Qué sabemos de la guerra civil que azotó Nepal durante 7 años (1996 - 2003)? ¿Qué sabemos de la guerra en Sudán, cuyo tratado de paz se firmó recién el 9 de enero del 2005? No olvidemos que también nosotros somos considerados un país tercermundista... ¿qué nos hace más importantes que los países africanos y asiáticos, que también caen en esta categoría, que nos da la libertad de ignorar estas realidades y no informar sobre ellas?


Estamos mal enfocados, cabritos. Nuestro acceso a la información tiene serias deficiencias, causadas en parte por nuestra propia apatía. No obstante, los reyes de la información, aquel cuarto poder tan mentado, debería tomar en serio sus responsabilidades y dar a conocer lo realmente relevante, en lugar de gastar 10 minutos en si Juanito Pérez se tiró o no un pedo al salir de su casa.

2 Comments:

Blogger Pablo Alfaro said...
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Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.

14 abril, 2005 17:15  
Blogger Pablo Alfaro said...
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¿Qué cosas son noticia?
1. Magnitud: 1 muerto no es noticia. 100 muertos, sí.
2. Novedad: Que juegue Colo Colo con la U Chile no es novedad. Que sea la primera vez en 26 años que juegan a las 4.00 de la tarde con lluvia (les suena conocido ese tipo de estadísticas estúpidas?), sí es novedad.
3. Polémica: Es necesario explicar este punto?

Esa es la carrera de periodismo, resumida en pocas líneas.

Le pregunté a una amiga periodista (de las buenas): ¿Las cosas van a mejorar? ¿Las nuevas generaciones son mejores?. Ella me respondió convencidísima: No.

14 abril, 2005 17:16  

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