Crónica de una muerte anunciada, Gabriel García Márquez

"El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5:30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo."

Así comienza esta novela, publicada en 1981 (un año antes de que su autor ganara el Nóbel).

El pueblo completo sabe que Santiago encontrará su muerte aquel día; mas a causa de la indiferencia y el escepticismo de los pobladores, además de una serie de extrañas coincidencias que bien podrían atribuirse al destino, él no se entera hasta que es muy tarde.

Mediante tres voces diferentes (entrevistas a los pobladores, los registros oficiales de la investigación y el relato del narrador) y 27 años más tarde, el autor reconstruye paso a paso los sucesos de aquel día, esclareciendo los motivos de este crimen. Motivada por las dudas y comentarios de los propios personajes (¿hasta qué punto son confiables?), al lector le queda un rastro de duda frente a la explicación entregada. También a ratos le dan ganas de gritar "pero cómo nadie dice nada", o "¿por qué tomó precisamente esa decisión?!", con un sentimiento de impotencia y rabia.

Por otro lado, es inevitable sentir cierta compasión por los asesinos, quienes titubean desde un principio frente a su cometido, considerado por ellos una obligación moral en defensa del honor perdido. Una y otra vez se repite que "ellos buscaban a alguien que los detuviera", lo cual una serie de factores imposibilita.

La galería de personajes, y la forma en que se relacionan entre sí y con los hechos, hacen de esta novela una léctura rápida y fácil de seguir. El modo en que se reconstruye la historia capta la atención del lector desde un principio, y no la suelta hasta llegar a la última página.