Rareza

"¡¡Qué está grande, mijita!!"

"¡¡Tan bonita que está!!"

"¿Y no pololea?"

"¡¡Ahhh, pero alguna cosita tendrá por ahí!!" (Con cara de complicidad)

"¿Y cuándo le va a dar nietos a los papis??"

Estas son algunas de las acotaciones que me tuve que bancar hace un par de días, de parte de un matrimonio "adulto" que estaba de visita por estos lares. Si lo pensamos bien, no tiene nada de extraño; de verdad que es casi parte de un libreto preguntar a los hijos de amigos, sobrinos, primos chicos, etc., en tono medioenserio/medioenbroma, el estatus actual de su vida amorosa, tradición que remonta desde que somos unos infantes de apenas tres años, con el compañerito lindo que a todas las niñas nos gusta y de quien decimos es nuestro "pololo".

No sé bien en qué momento estas preguntas me empezaron a molestar, pero creo que fue por ahí por los 14 años, cuando efectivamente pololeaba pero no quería que nadie se enterara. Y no quería que nadie se enterara para evitar interrogatorios tipo:

"Oye, ¿y qué haces tú con tu pololo?"

"¿Y se dan besos?"

"¿Y de qué conversan?"

Después de aquella vez nunca más conté de un pololo ni relación, porque me incomodaban sobremanera estas preguntas, y es que nunca me ha gustado que se metan en mi vida privada. Esto, claro, tiene un costo, y es que cuando uno no cuenta estas cosas, más curiosidad provoca del otro lado. Por lo tanto, más preguntas suscita:

"¿Por qué no pololea, mijita?"

"Pero cómo no le va a gustar nadie..."

En fin, entiendo que estas preguntas las genera una real y bienintencionada curiosidad de por qué una está sola. El problema es que hace un par de años, rondando la fecha del primer matrimonio de alguien de mi curso de colegio, las preguntas se pusieron más puntudas. El tono de broma pasó a convertirse en un tono de curiosidad y preocupación real, ya no era la talla sino una pregunta honesta a la que esperaban un respuesta seria y honesta. Como si uno tuviese la obligación de darle explicaciones al resto, de justificar la decisión de estar sola. Porque, claro, alguna razón tiene que haber, ¿no ven que la situación es RARA?

Raro que una mujer de 26 años viva sola y feliz. Raro que una mujer de 26 años no tenga pareja estable. Raro que una mujer de 26 años no ande rondando bares de soltero ni metiéndose a sitios web parejeros, ni pidiéndole a amigas que le presenten hombres. Raro que una mujer de 26 años no ande desesperada por ser madre ni encontrar al amor de su vida, para sentir que su vida está completa. Raro que una mujer no se compre el vestido de novia apenas termina sus estudios y no lo ande trayendo en la cartera, lista para agarrar al primer gil que ande paveando.

Pero, claro, no es raro que un hombre de 26 años ande hueveando por la vida, carreteando a más no dar y arrancando a cualquier compromiso porque "es muy joven para casarse".

Raro que una mujer de 26 años soltera se haga cargo de su propia sexualidad y tenga condones en el velador. Perdón, no, no es raro: es suelta, es puta, aunque no cobre y haga lo que hace por gusto y porque también tiene hormonas. Raro es el hombre de 26 años soltero que NO tiene condones en el velador porque es cartucho, porque "no le toca".

En fin, cada vez que los "adultos" empiezan con sus preguntitas siento esta cosa que me sube lentamente de la punta de los pies a la punta del pelo y que me cuesta muchísmo controlar. Esta suerte de irritación que disimulo por educación con una sonrisita estúpida congelada en el rostro y "si tíos" al por mayor.

Raro todo lo anterior, pero no es raro que disimule. Soy una niñita "bien".