miércoles, agosto 24

No se hagan los dormidos

Hace un par de días iba en una micro llenísima, tremendamente cansada y con ganas de regresar a mi casa. Por el pasillo avanzó una señora de unos 65-70 años y se sujetó lo mejor que pudo a un asiento, mientras la gente que iba a sentada a su alrededor conversaba alegremente sin siquiera mirarla. Estaba yo pronta a decirle a alguien que cediera el asiento, cuando la chica que estaba sentada frente a mí (yo iba parada) se levantó... y un pelotudo descarado de unos 40 años partió raudo a ocupar el espacio, incluso pasando al lado de esta señora que -pobre- ya no daba más. Acto seguido, pongo el brazo para bloquearle la pasada y digo en voz muy alta: "oye, esa señora (la apunté) está parada hace mucho rato y claramente necesita el asiento más que tú. Un poquito de educación, por favor". Sin esperar respuesta, miré a la señora y le dije: "Señora, por favor siéntese."

La gente me miró con cara de "la mina pesá" y el tipo con rabia me respondió "no la había visto" (mentira, se estaba haciendo el loco). En fin, la señora se sentó y el personaje aquel regañó entre dientes el resto del trayecto. Seguró me descueró en su casa.

Pocas cosas me molestan más que ver este tipo de situaciones, en que el egoísmo de las personas se hace tan evidente. A las 6 de la tarde estamos todos cansados y usar el transporte público no es ninguna gracia, pero no por eso vamos a dejar de lado la educación y la humanidad al ver a una persona en una situación así, para quien debido a sus circunstancias personales (llámese edad, embarazo, lesión u otro) este trámite es aún más desagradable e incluso peligroso. Yo no me voy a quebrar si recibo un golpe en una micro, pero un anciano puede lesionarse las caderas. Una mujer embarazada puede tener complicaciones.

Lamentablemente, esta actitud de mirar hacia el otro lado, seguir conversando o hacerse el dormido es tremendamente frecuente y lo vemos todos los días. Yo no sé qué pasa por la cabeza de esos ahuevonados, pero a mí me produce una infinita pena y una infinita vergüenza que nadie sea capaz de pensar "¿me gustaría que tuvieran a mi madre/abuelita colgando en la micro?". O ni siquiera eso. Simplemente, "yo también voy a llegar a esa edad y me gustaría que me tratasen con consideración". Pero el egoísmo es tan grande que finjen no notar la situación, probablemente pensando que otra persona va a atinar a hacer lo que corresponde (esa persona siempre termino siendo yo, incluso enyesada y con muletas).

En fin. No pretendo llegar a ninguna conclusión con esto, sólo desahogar un poco mi rabia.

8 Comments:

Blogger galgata said...
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Qué divertido... acabo de publicar un post super parecido al tuyo!! El mismo tema pero otra historia jajaja... lo vi al revisar en Planeta Blogs. Me hizo mucha gracia!!
De más está decir que estoy de acuerdo. Además, cuando la gente es HUMANA - como el caso que conté yo - cambia el ánimo para todos..

24 agosto, 2005 01:43  
Anonymous Anónimo said...
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Paso la misma talla, pero en un sentido inverso, en una micro llena... nos subimos... y mi cuñada estaba tan cansada, que mi hermano, su esposo, le pidio a un "gentil" que le cediera el asiento para qe ella se sentara (era verano, calor a 1000 y ella algo enferma, se entiende la peticion no), y el tuvo la misma "maldicion entredientes del susodicho"
Me rei harto rato, pero mi hermano es care palo... asi hay que ser...

La gente es pitecantropo de repente... o mejor dicho, siempre!
Los cuicos no se escapan de ser ultimos de rotos.

Saludos

24 agosto, 2005 03:03  
Anonymous Anónimo said...
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Nada peor que andar en micro, desde subirse, ver la cara del primate que maneja, el olor, los apretones y los riegos de bajarse.
Te encuentro toda la razón felicitaciones por tu actitud.

24 agosto, 2005 06:05  
Blogger Carly said...
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Tienes toda la razón Andrea, es muy triste pero asi es la gente. Yo una vez vi a un caballero en el metro que hizo lo mismo con otro viejito...tarado.

He visto gente que apenas se tiene en pie en el metro y la gente se hace la gil...yo si voy apoyada en una silla les cedo ese espacio para que se afirmen bien por lo menos.

24 agosto, 2005 09:52  
Blogger Preto said...
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Este mundo es un gran "sálvese quien pueda" y a la mierda el resto. Ser buena gente, claramente, es pasar por huevón.

24 agosto, 2005 10:26  
Anonymous Anónimo said...
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La caballerosidad y la gentileza, por desgracia, están en retirada. Y no sólo los pasajeros son el problema, porque los choferes manejan como si llevaran ganado a la feria.
Con esto del Transantiago y el Biovías (acá en Conce), me he puesto a pensar en que si la gente fuera más amable, probablemente sería mucho más agradable transitar por las calles de las cuidades grandes de nuestro Chile y disminuirían los tacos y los accidentes.

24 agosto, 2005 15:38  
Anonymous Anónimo said...
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Cuando hablaste de los impuntuales me quede callada. Suelo ser impuntual

Y ahora aunque para nada lo digo orgullosa, en más de un oportunidad he mirado hacia otro lado por no ceder ese asiento.

Concuerdo con Maru, deberiamos fijarnos bien en quién necesita y no solo quedarnos en los clásicos "más débiles"

24 agosto, 2005 17:37  
Blogger greenlightning said...
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por desgracia el mundo funciona asi cada uno vela por sus propios intereses al chofer le importa un comino si la micro esta llena hasta el tope se va a pasar por la raja a los pasajeros y seguira subiendo la mayor cantidad de gente
al bus que pueda
desde ese punto de vista la posicion del tipo que busca el asiento me parece respetable

14 septiembre, 2005 09:08  

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